Tapicería de cuero o piel: Así debes limpiarla
La tapicería de cuero es maravillosa y luce especialmente en los coches o en los muebles de estilo retro. Aunque guste lucirla, su mantenimiento puede ser algo de lo que no estés al tanto y surjan dudas de cómo se limpia correctamente. En esta ocasión abordaremos cómo realizar la limpieza de tapicerías de piel o de cuero y cuáles son los productos apropiados para ello.
Características de la tapicería de cuero
Cuando adquieres mobiliario de piel o de cuero es más que probable que se trate de un material tintado. La piel de los animales no deja los colores que se comercializan, como es lógico, y todos los tapizados se someten a ciertos tratamientos para conseguir los acabados deseados. Antiguamente el tintado de las pieles era algo muy complicado que requería un largo proceso, pero hoy en día se realiza en cuestión de horas gracias a los productos como el ácido de cromo y la maquinaria necesaria.
Estos procesos ofrecen el mismo resultado prácticamente que los tratamientos tradicionales, aunque no deja el olor a cuero natural. La técnica de tintado puede depender también del color que se quiera conseguir y el tipo de cuero utilizado.
Existen diferentes tipos de cuero con ligeras diferencias entre ellos, entre los que destacan la anilina que es la piel prácticamente sin tratar y sin tintar, la semi – anilina que es cuando se aporta una capa de protección muy fina, la piel sellada o protegida que es el cuero que acostumbramos a ver en la tapicería de los coches y el nubuck tratado para adquirir un tacto suave que recuerda al terciopelo.
Mantenimiento y limpieza de piel y cuero
Aunque se haya visto despojado de muchas de sus propiedades lo cierto es que el cuero no deja de ser piel, por lo que sus principales elementos de desgaste son la suciedad, los rayos del sol o la deshidratación. Para la limpieza y mantenimiento del cuero hay que pensar en las características de cualquier piel.
El cuero tiene por tanto pequeños poros por los que se puede infiltrar el polvo o la suciedad, algo que se puede prevenir pasando regularmente una toalla de microfibra húmeda sin necesidad de más productos. Los muebles de piel con mucho contacto como los sofás tienen también el problema de la transpiración humana, así que en estos casos conviene pasar una toalla húmeda de microfibra al menos una vez a la semana y una vez al mes utilizar productos limpiadores de cuero.
La regularidad con la que se debe realizar la limpieza también dependerá mucho de las condiciones climáticas como el calor o la humedad y la cantidad de uso. Por ejemplo, en el caso de los coches con asientos de cuero es recomendable limpiar el asiento del conductor de forma regular y si no se acostumbra a llevar muchas personas en los traseros tal vez basta con repasarlos una vez al mes.
Los elementos que dañan y ensucian el cuero
Para realizar una buena limpieza y un mantenimiento adecuado es positivo conocer los elementos que dañan el cuero y aquellos que aceleran el proceso de desgaste del material. Uno de los grandes enemigos de la piel es el calor y también los rayos UV ya que resecan el material y lo dejan bastante tieso lo que puede ser complicado de tratar.
Esto puede ocurrir a menudo en las tapicerías de cuero de los coches puesto que si se dejan al sol durante mucho tiempo y con la ventanilla cerrada de forma que se concentre el calor, la erosión puede ser muy notable. Los muebles que están dentro de casa y se posicionan cerca de las calefacciones pueden sufrir un impacto similar.
Por otro lado está el problema del polvo o de las manchas, ya que como hemos mencionado la piel tiene pequeños poros que absorben aquello que se encuentra cerca y puede acumular suciedad. Pasar paños húmedos como hemos visto puede ser una buena opción, pero si se derrama algún elemento agresivo podría ser prudente acudir a una tintorería o similar para que se trate con productos específicos.
Si tienes que tratar un mueble que lleva muchos años descuidado o apartado en un trastero lo primero que conviene hacer es pasar un paño húmedo para observar el estado real de la piel. Una vez hecho esto será sencillo comprobar si es solo una cuestión de limpieza o si tiene daños en la hidratación o manchas irreparables.